No fue fácil asimilarlo, estaba sola…
En Noviembre del 2009 estaba a un paso de terminar mi carrera cuando me enteré que estaba embarazada. No fue fácil asimilarlo, estaba sola, el progenitor de mi hija no quería que ella llegara a este mundo, tenía mucho miedo a contarle a mi mamá por el carácter fuerte que tiene pues creí que me echaría de la casa. Comencé a cuestionar las decisiones que debía tomar en el tiempo…
Fue ahí cuando decidí llamar a la línea 800 572 800, nunca olvidaré que me atendió Verónica Estol quien me tranquilizó y me hizo entender que no estaba sola, que a partir de ese momento ya no estaba sola.
Pasaron los meses y siempre ustedes estuvieron presentes en mi vida, me daban la confianza de seguir adelante y la seguridad de que no iba a quedar en la calle, la fortaleza para contarle a mi madre que iba a ser abuela y hasta me ofreció María Inés Infante (voluntaria quién siguió con mi historia luego de Verónica Estol) ir a mi casa para acompañar el proceso de “contarle a mi mamá lo que pasaba”.
El 11 de Julio del 2010 nació Emilia Francisca, quién llegó llena de luz y esperanzas a alegrar mi vida y la de mi familia, y es por eso que les escribo, pues ustedes fueron un pilar fundamental, ya que nunca me dejaron sola.
Muchas gracias por su tan linda obra, por la ropa que me mandaron en más de una ocasión. Gracias por la compañía, apoyo y entrega con nosotras! Gracias por luchar por la vida, que es lo más hermoso… Mi hija es lo más bello que me ha pasado en este mundo, ahora ya titulada (me convalidaron la práctica y mi examen de título lo di en Febrero de este año) y, por fin con trabajo puedo decir que todo es por y para ella. No saben lo bello que es verla sonreír y, todo gracias a su incondicional apoyo desde aquel día en el cual no sabía si estaba bien la decisión que quería tomar, y es que era OPTAR POR LA VIDA de mi hija.
Gracias por todo y a todos los que están detrás de esta gran Fundación.
Francisca Calderón, Quilpué, V Región